martes, 11 de enero de 2011

Violencia de género. / Igualdad entre hombres y mujeres.

El maltrato de la mujer se define como cualquier tipo de comportamiento violento ejercido sobre una mujer por parte de un hombre que mantiene (o ha mantenido) una relación íntima con ella. En el comportamiento mencionado se incluye el maltrato físico, sexual y emocional, así como el control económico y/o el aislamiento de la víctima .
El maltrato de la mujer debe entenderse como una enfermedad crónica.
Este sería un tema muy importante para que pudiese darse la igualdad entre hombres y mujeres.
Normalmente la mujer se calla, por temor a que se produzca una agresión aún mayor, hacia ella o hacia sus seres queridos, porque el hombre se siente superior.

¿Cómo nos damos cuenta que una mujer presenta el síndrome de la mujer maltratada?
El síndrome de la mujer maltratada puede manifestarse con síntomas corporales o trastornos psicológicos. Los más frecuentes son:
a) Angustia, malhumor, depresión, sensación de impotencia, intentos de suicidio e insomnio;
b) Abuso de drogas y trastornos de la alimentación;
c) Molestias en el cuerpo como: dolor abdominal crónico, dolor de cabeza, cansancio, etc. que no mejoran con el tratamiento;
d) Problemas ginecológicos.

¿Cúales son las características de los agresores?
» Son individuos con ideas cerradas, no suelen escuchar al resto de las personas.
» Se justifican diciendo que las consecuencias de su violencia no son tan grandes.
» No registran que se están abusando de la víctima, o no lo toman en serio. Niegan el abuso, responsabilizan a
otros. Se comportan de manera muy distinta en público que en privado.
» Por lo general, los abusadores tienen dificultad para expresar sus sentimientos, no dan apoyo, atención o apreciaciones a los demás.
» Faltan el respeto: interrumpen cuando se los interroga, cambian de tema, no escuchan o no responden, cambian
las palabras, humillan a la víctima frente a otros.
» Utilizan tácticas de presión sobre la mujer como el generar culpa, intimidar, amenazar, retener el dinero, manipular
los hijos.
» Existe “abuso de la autoridad”, toman solos las grandes decisiones, dicen lo que hay que hacer.
» Suelen tener antecedentes de haber presenciado episodios de maltrato o violencia en su hogar en la infancia.


¿Cuáles son los sentimientos más comunes que se generan en la víctima?
Les parece que el maltrato es algo natural, que así debe ser la vida y que no hay otra forma.
» muchas víctimas tratan de encontrar un motivo por el cual son violentadas y utilizan frases como: «algo debo
haber hecho para que esto ocurra», «me lo merezco», «es mi destino», «yo lo elegí», etc.
» no se sienten merecedoras de afecto.
» viven en un permanente estado de sometimiento y son incapaces de reaccionar o de tener una respuesta favorable
ante el ataque.
» Tienen mucha vergüenza y miedo.
» suelen minimizar la violencia con frases como «no es tan grave», «no es tan seguido», «solo me dio un cachetazo».
» La mayoría de estas mujeres creen, sin embargo, que su pareja “algún día va a cambiar”.





Sólo el 5% de los malos tratos familiares son denunciados, es decir sólo se denuncia el maltrato cuando es brutal o muy reiterado. Esto se debe a que la mayoría de las víctimas no están preparadas para enfrentarse a sus parejas y cortar con la violencia, ya sea por miedo a las represalias con ella o con los hijos, por dependencia económica, por no tener un lugar adónde ir, por creencia de que el maltrato va a terminarse solo o  que es por su culpa, o simplemente, porque no se dan cuenta de que están siendo maltratadas.
El tema de la violencia debe ser frenado, de lo contrario, el agresor va a volver a atacar.

“Ninguna violencia es justificable, la violencia debe ser frenada"

Pero al considerar esta violencia como un problema social, pasa a entenderse que la violencia contra las mujeres tiene su origen en unas relaciones sociales basadas en la desigualdad, en un contrato social entre hombres y mujeres que implica la presión de un género (el femenino) por parte del otro (el masculino).
Por esto y por la nula protección de la víctima  son necesarias actuaciones a nivel social que impliquen un nuevo contrato social, con nuevas medidas legislativas, modificaciones los programas educativos, etc., para poder afrontar el problema y superar sus consecuencias.

Debemos tener en cuenta un dato muy importante y es que el índice de muertes por abuso y maltrato es más alto que por enfermedades.

Realmente hay muchas instituciones, asociaciones, organismos y administraciones implicadas en este tema pero, ¿acaso es esto suficiente, cuando los índices de maltrato no hacen más que aumentar?, ¿unificamos esfuerzos?,
¿De verdad escuchamos a estas mujeres? ¿O sólo decidimos qué es lo que ellas podrían necesitar o podría servirles de ayuda sin tenerlas en cuenta?
Aún nos queda mucho por hacer, debemos trabajar en una misma dirección para que cuando una mujer denuncie se activen los mecanismos necesarios y se haga lo imposible para que se sienta protegida, arropada y sobre todo, que piense que ha hecho lo correcto. Porque sino no hay manera de avanzar.


Para finalizar con la violencia de género dejo el enlace de un artículo sobre las muertes producidas por esta intolerable violencia, publicado por el perdiódico El país.

Diciembre negro para la mujer.

Y también un vídeo sobre una campaña contra esto

Campaña contra la violencia de género.


Realmente me he centrado en este tema porque es el que considero que es la máxima expresión entre la desigualdad de estos dos sexos, pero desde mi punto de vista también cabría destacar la educación.
Desde tiempos remotos la educación se veía favorecida para los varones, vista la mujer como un ser que únicamente servía para ocuparse de la casa y de la familia. No se veía capacitada a la mujer como para desarrollar un trabajo. Las niñas desde muy pequeñas han ocupado la tarea de su madre y no han tenido la oportunidad de recibir una enseñanza.
Suerte es que hoy en día esto no suceda a tan gran escala, porque no debemos olvidarnos que en numerosos países aún sucede esto.


Las religiones también se han ocupado de esta discriminación, ya que muchísimas de ellas tienen al hombre como un ser superior permitiéndosele cosas y actos que si realizan las mujeres, son condenadas de forma trágica y radical. Un claro ejemplo de esto sería la lapidación de mujeres o el burka.





Estas desigualdades entre hombres y mujeres han surgido desde numerosos años atrás, y forman parte de la historia, pero estas diferencias han conseguido suplirse aunque no del todo. Así pues, debemos seguir luchando para poder acabar con ello y  que solamente podamos contar una anécdota más sobre la historia y sobre la sociedad, pero dejándolo atrás y añadiendo "hemos conseguido evolucionar y comprender que todos somos iguales, por el simple hecho de ser humanos".

No hay comentarios:

Publicar un comentario